Ensayo I
Qué insoportable se vuelve la falta de parámetros, que nos aleja. Me desespera esa puta distancia que nos separa y que no me deja calificar cualitativamente lo que hago. Yo, tan estructurada, tan cristalizada, quiero un número, una calificación, un veredicto. Busco en todo momento el estilo adecuado para nadar un determinado tramo. Luego, todos somos diferentes. Pasan a mi lado y hacen ondear el agua, me hunden. Pierdo el ritmo, pierdo MI ritmo, que es todo lo que tengo, que es a todo lo que me dediqué... Tratemos de establecer una metáfora que pueda correspoder el nadar y el tomar decisiones. Punto A: concierne a una supuesta competencia. Punto B: toma de un camino diferente al que se frecuenta, figuradamente hablando.

1. Largada
a.Me tiro, de cabeza. Respiro por la nariz al sacar la cabeza del agua, exhalo por la boca. Me alejo del borde. No me ahogo, sé nadar.
b.Me tiro (opto), de cabeza. Respiro por la nariz (para mi tranquilidad). Me alejo del borde (lease seguridades); mi ritmo "NO ritmo" (el único que cultivé, como te dije antes) me sofoca, me deja en desventaja. Veo a todos pasarme. Trato de ir más rápido... Me ahogo.

2. Carrera
a.Ya estoy en desventaja; pienso. Si me calmo y recobro mi ritmo y mi aliento corporal (que jamás va a ser el mismo que el espiritual, para variar) puedo ir más rápido o tomar ventaja en la vuelta. Sh.
b.Arranqué como el orto. Ya estoy sin aire, cansada y estancada en el medio, JUSTO en el medio. Añoro el borde. Se me antoja volver. Pero los antojos son antojos. Me disfrazo de optimismo y sigo, para buscar la bendita ventaja, o un mísero empate.

3. Vuelta americana
a.Trago 823782 litros de agua con cloro, pero me vuelvo a calmar. Respiro, hondo. Saco la ventaja que venía necesitando para alcanzar a mi contrincante. Bien. Bien.
b.Esta etapa se corresponde con el primer revés que te pone el tema de tu decisión nueva. Y hay que saber soportarlo. Estableciendo términos parecidos, trago 823782 litros de malasangre, preocupación, frustración, falta de motivación, dolor, insatisfacción con mi "no ritmo" y un poco de sentimiento de independencia, que actuaría como fundamento antagónico de los otros componentes, ¿no?. Vendría a ser el oxígeno.

4. Carrera final
a.Bien, Juli, bien.
b.Olvidate de la ventaja que suponías sacar. Y del empate. El miedo no se va respirando hondo acá.

5. Llegada
a.LLego sin aire, con calambres en las cuatro extremidades. Pero conjuntamente con mi rival. Sí.
b.Llegué 3°, y competíamos solo dos personas.


Conclusiónes: es imposible (o contraproducente) establecer metáforas que asocien las capacidades corporales con las capacidades intelectuales y espirituales. Hay las similitudes, pero pensarlas y escribirlas equivaldría a una baja en mi "no ritmo" (llamemoslo mejor "ritmo diferente", que tengo sentimientos) y por ahora no me gusta mucho la idea. Por ahora.
Las ganas menguan, igual que la fuerza en los brazos al nadar. La voluntad flaquea, como cuando las piernas tiemblan. El miedo paraliza, como un calambre. Pero siempre me resultó más fácil controlar mi cuerpo y soportar el dolor físico con voluntad que domar mis sensaciones. ¿Ves? Eso también lo cultivé junto con mi "ritmo diferente": sobrevivir a los congelamientos, a las tormentas, a los vientos, al calor sofocante que sufro cada vez que pienso. Y va de mal en peor esto de la inconsistencia, por suerte. No creo querer ser lineal.



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